Trópico de Cáncer, con una humedad relativa del 79%


Cuba está situada muy cerca del Trópico de Cáncer, con una humedad relativa del 79% y una temperatura media de 25 ºC; recibe un régimen de lluvias que favorecen principalmente a la región occidental del país, donde se encuentran las mayores vegas de tabaco de Cuba.

Si a este clima le sumamos las características del suelo de Cuba, es decir, la composición química y propiedades agrícolas que distinguen a las zonas tabacaleras y la experiencia y el cuidado que los torcedores ponen al hacer el producto cubano podemos fácilmente entender el porqué del éxito del habano.

El cultivo comienza en el semillero, área donde se depositan las semillas con las condiciones óptimas para su germinación y desarrollo antes de trasladarlas al campo; aquí permanecen cerca de 40 días. En el mes de octubre se realiza la posterior siembra por etapas. Para recolectar la hoja, se espera un período desde los 45 a 80 días en que se plantó.

Luego de pasar por estos pasos, el tabaco es llevado a los lugares de ensarte para el posterior proceso de desecación y fermentación. En las escogidas es trabajado por hábiles manos generalmente femeninas, buscando con esto la suavidad y delicadeza en la selección y clasificación para beneficiar cada hoja recolectada. Se sigue con el secado de las hojas en las galeras.

Después de su clasificación y secado se procede a desempalillar la hoja del tabaco que consiste en remover la vena que cruza la hoja, se vuelven a clasificar las hojas de acuerdo a su tamaño y tipo de hoja, normalmente hay 3 tipos de hoja seco, volado y ligero que son las 3 hojas componentes de un habano. La mezcla o ligada de un habano está dada por el número y clase de hojas que se usa para su creación. Una vez clasificadas se llevan a su añejamiento o fermentación para liberar a la hoja de químicos no deseados como el amoniaco. Después de cierto tiempo (dependiendo del fabricante y del puro) las hojas se llevan a un torcedor quien es la persona que elabora el puro, se hace la ligada del puro que se esté torciendo para después volver a ser añejado otro tiempo, una vez que superó los estándares de calidad estos son clasificados nuevamente para ser empaquetados en cajas de cedro de acuerdo al color de su capa.




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